Es un honor y una bendición recibir a las Hermanas Franciscanas en la comunidad de la 72.
Su llegada representa una colaboración llena de esperanza, solidaridad y entrega, valores que ellas encarnan y que fortalecen el espíritu de este lugar.
Con su presencia, se renuevan los lazos de fraternidad y servicio, pilares fundamentales en la construcción de un espacio donde se dignifica y se acompaña a los más vulnerables.
Las Hermanas Franciscanas, con su carisma de humildad y amor por los más necesitados, nos inspiran a seguir trabajando en favor de los migrantes, refugiados y todas aquellas personas que buscan consuelo y apoyo en su camino. Su testimonio de vida nos recuerda la importancia de construir una comunidad basada en el respeto, la empatía y el cuidado mutuo.
Esta colaboración es un verdadero regalo para todos nosotros, pues no solo refuerza nuestras acciones, sino que también enriquece nuestra fe y nuestro compromiso con la misión de la 72.
Juntos, con las Hermanas, continuaremos siendo una familia que abraza, protege y acompaña, fieles al legado de San Francisco de Asís.
Les damos una cálida bienvenida, con la certeza de que su presencia será una fuente inagotable de luz y esperanza para nuestra comunidad.
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