En memoria de las personas defensoras de la comunidad LGBTIQ+
Este día es particularmente mágico... Tan especial, qué merece que lo celebremos con el mejor estilo y con la sonrisa más grande que podamos imaginar. Pues es para celebrar a aquellas amistades, familiares y personas que ya no están con nosotros y con nosotras y nos dieron muchos momentos de alegría e incluso enojos y tristezas.
En México existe la creencia que en estos días es cuando vienen desde donde se encuentran y nos visitan. No debemos de asustarnos, ya que hay que tener en cuenta que lo diferente rompe lo común y todo se vuelve más auténtico, recordemos que es más imperfecto lo que se cree perfecto y lo novedoso se hace más bonito.
La celebración del Día de Muertos tiene su origen hace más de 500 años, en la unión de tradiciones de la cultura prehispánica con la católica, en ella se celebra el retorno transitorio a la Tierra de los familiares y seres queridos fallecidos, quienes cruzan el Mictlán para estar con los mortales.
El 1° de noviembre corresponde a Todos los Santos, día dedicado a los “muertos chiquitos” o niños/as, y el día 2 de noviembre a los Fieles Difuntos, es decir, a las personas adultas; pero desde el 28 de octubre se cree que hay almas que bajan a estar en este plano, ese día se ofrenda a los fallecidos de manera trágica, por violencia o accidentes; el 30 y 31 son días dedicados a los niños que murieron sin haber sido bautizados. Desde 2003 figura en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad establecida por la UNESCO.
La tradición también indica que, para facilitar el retorno de las almas a la tierra, se deben esparcir pétalos de flores de cempasúchil y colocar velas trazando el camino que van a recorrer para que estas almas no se pierdan y lleguen a su destino y para recordarlos y recibirlos en su regreso al mundo terrenal para compartir con los vivos se montan altares llenos de colores, sabores y olores: flores de cempasúchil, calaveras de azúcar y chocolate, pan de muerto, agua, velas, fruta, vino, mole y toda la comida y bebida favorita de nuestros antepasados.
En esta celebración de Día de Muertos, la muerte no representa una ausencia sino a una presencia viva; la muerte es un símbolo de la vida que se materializa en el altar ofrecido.
Y para no hacer más largo esto, este año quisimos festejar de forma diferente, lo bueno que da la vida, por eso invocamos…. que diga invitamos… a nuestros queridos fallecidos para que disfruten, rían y coman como a les gusta, traigámosles de nuevo a nuestros corazones, pero no con tristeza, si no con alegría, porque el día de muertos nos ayuda a recordar de donde venimos y conectarnos con el pasado, y recordar que en algún momento lo vamos a celebrar conjuntamente.
Es por lo antes mencionado que reflexionemos sobre qué tanto hemos permitido que otras personas se sientan libres de amarse a sí mismas y amar a otros, y aunque también ya tenemos la libertad que haya amores de mil colores, por desgracia, en muchas ocasiones algunas familias y personas han tenido que recordar a sus seres queridos antes de lo que previeron porque el odio en el mundo no les permitió ser libres de amar a sus respectivas maneras.
La comunidad LGBTIQ+ también es parte de esta gran celebración, y para que sepamos referirnos con amor y respeto hacia ellos, ellas y elles, sepamos que la orientación sexual es aquella en la que cada persona decide a quién amar, es decir: los hombres homosexuales aman a otros hombres; las mujeres lesbianas aman a otras mujeres; las personas bisexuales aman a hombres o mujeres; las personas pansexuales aman a cualquier persona sin importar su sexo o género; y por último las personas heterosexuales las reconocemos con mayor facilidad, parejas de mujer y hombre. La identidad sexual tiene que ver con cómo nos sentimos con nuestros cuerpos, si quisiéramos ser reconocidos de otra forma, es decir, las personas transgénero o transexuales que nacieron siendo hombres o mujeres, pero deciden hacer una transición, por ejemplo, una persona nacida como mujer al crecer decide ser reconocido como un hombre. Las personas cisgénero están de acuerdo con el sexo que se les asignó al nacer, entonces no hay cambios en su cuerpo. Además, es importante reconocer que hay personas intersexuales, que no se puede identificar si nacieron siendo hombres o mujeres porque su cuerpo así es, presenta características de ambos sexos.
La expresión de género nos permite dar a conocer nuestra personalidad, es decir, cada una, uno, une de nosotres aquí presentes eligió qué ponerse de ropa hoy, cómo caminar, qué palabras usar, si viéndose de forma femenina, masculina o queer o personas binarias que no se identifican como femeninas ni masculinos.
Aunque son muchas palabras que posiblemente nos confundan, lo que más nos debe quedar claro es que las personas merecemos un mundo en el que todo el amor sea bienvenido, que en cada celebración importante estemos presentes todas, todos y todes. Que nadie sienta miedo de ser quien es, de amar con libertad y sin violencias.
Y así, dedicamos especialmente esta festividad del día de muertos a la comunidad LGBTIQ+ y a La 72 por ser un espacio donde todas, todos y todes somos bienvenides.
Les compartimos las calaveritas de La 72:
A la hospitalidad.
A la tarde llegó una viajera
Don Isidro se preguntó quién era
A Dayanara le pareció hambrienta
Y la mandó a que comiera.
Al llegar a la cocina donde estaban pica y pica
Ella muy cortés por el arroz preguntó
Y al oír su voz todos se asombraron
Pues los huesos se le asomaron.
Doña Lupita la mandó a sentar
Con un platao’ de tamal
La huesuda ya muy llena
Y la conciencia sin tranquilidad
Se disculpó por su presencia,
Y se marchó sola sin mirar atrás.
A los y las niñas.
El cempasúchil en el altar está
Las velitas se queman sin cesar
El pan pronto ya va a estar
Y las animitas en el camino van.
Las niñas y los niños no dejan de jugar
Sin saber que por los pasillos
Una parca los observa por el rabillo
Porque a todos se quiere llevar.
Pero la doctora muy astuta
La invitó a que se acercara
La muy confiada al consultorio llegó
Sin saber que en el baño la encerraba
Para evitar se los llevara.
Mujeres de módulos.
Andaba Saira corre que corre
Sin tener descanso de tal azote
Las mujeres del módulo una vez más se pelearían
Una que otra una sátira se decían.
La calaca en una de esas aprovecharía
Las psicólogas muy preocupadas andaban
Porque de la huesuda ya sospechaban
Uno que otro taller ellas harían.
Las mujeres ya más calmadas
De sus fechorías se reirían
Pues a la calaca asustarían
Porque puras sátiras le decían.
Voluntariado.
El día de muertos llego
y la calaca ya anda rondando,
viene buscando al voluntariado,
que con los niños están jugando,
lux y sus amigos al verla sonrieron,
sin saber que a llevárselos venia,
pero enojada quedo la flaca,
ya que de estancia corta ellos servían,
y aunque cabizbaja, está andaba,
al no lograr su cometido,
vio a las mujeres del módulo de abajo
quienes un fantasma veían,
por eso al creerse tan astuta,
en las noches ruidos de ultratumba les mostraría
y los papeles de COMAR les perdería,
lo que ella no sabía,
es que por las patas a nadie se llevaría,
ya que fray Ricardo un rosario le haría,
y de la 72 sacaría.
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