El Día Internacional del Derechos a la Verdad en Relación con Violaciones graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas se celebra cada 24 de marzo en conmemoración del martirio de Monseñor Oscar Arnulfo Romero.
El propósito de este día es reivindicar de alguna forma a las víctimas de violaciones, así como crear conciencia para que hechos de esta naturaleza no se vuelvan a repetir a la vez que se rinde un homenaje a todas las personas que han dedicado su vida para que los derechos humanos se respeten y se cumplan, pero también a los que han perdido sus vidas por defender esta causa.
Desde La 72 realizamos un encuentro para rendirle homenaje conducido por Fr. Joaquin y Fr. Frank durante su voluntariado en La 72.
"En el pasillo de entrada del Hogar Refugio “La 72” se encuentra un monumento con la imagen de Oscar Arnulfo Romero, el Arzobispo de San Salvador que fue asesinado hace 43 años, la tarde del lunes 24 de marzo de 1980 de un solo disparo por un franco tirador mientras celebraba la misa en la Capilla del Hospital para pacientes de cáncer “La Divina Providencia”. El lugar privilegiado de este monumento no es casual ni caprichoso.
Oscar Romero sigue siendo una ejemplo iluminador e inspirador en todo esfuerzo y trabajo por la defensa y la promoción de los Derechos Humanos, y por ello no se podía dejar pasar esta fecha sin conmemorar su figura, orar por la paz y compartir juntos una taza de café y pan.
El pueblo salvadoreño se encontraba en una situación muy difícil bajo una extrema injusticia social, gobernado por una dictadura militar, sostenida por el poder de minorías económicas y políticas que tenían concentradas en sus manos la industria, el sector agrario, la banca, etc. Quienes se atrevieron a luchar por un cambio social desde la fe cristiana o desde algunas convicciones políticas, fueron perseguidos, secuestrados, desaparecidos, asesinados a sangre fría por escuadrones de la muerte o grupos paramilitares.
Oscar Arnulfo Romero, nacido el 15 de agosto de 1925, fue nombrado Arzobispo de San Salvador el mes de marzo del año del año 1977. Pocas semanas después de su nombramiento fue asesinado el sacerdote jesuita, Padre Rutilio Grande. Ya antes habían sido asesinados catequistas, celebradores de la palabra, sindicalistas…
Romero no fue indiferente a la situación del País, sino que se colocó conscientemente en la defensa de los derechos de los más pobres; puso todas las capacidades del Arzobispado de San Salvador para monitorear y dar a conocer internacionalmente todos los casos de rompimiento de los Derechos Humanos que estaban cometiéndose.
El se convirtió en “la voz de los sin-voz”, fue un orador extraordinario que puso su talento, sobre todo en sus prédicas dominicales en favor de la defensa de los Derechos Humanos de todas las víctimas y sus familias.
¿Qué lo impulso a ello? Su fe en Dios y en Jesucristo. Para él, NO se puede creer en Dios sin creer y defender la vida de cada ser humano. Por ello procuró siempre iluminar la realidad, lo que estaba sucediendo en El Salvador, desde la fe cristiana, y desde la perspectiva de los indefensos.
“El cristiano que no quiere vivir ese compromiso de solidaridad con el pobre, no es digno de llamarse cristiano” (Homilía 17 de febrero de 1980)
Aun recibiendo amenazas de muerte, tomo la decisión consciente y clara de quedarse y seguir adelante. Romero sigue viviendo en todo el que hace el bien. Es un mártir cristiano por los derechos humanos, pues son los derechos de Dios.
Hoy en día lamentablemente se siguen rompiendo los derechos de las y los migrantes en su intento de salir de una situación de amenaza, de miseria para alcanzar un lugar donde se sientas seguros.
Oscar Romero, con toda seguridad, alzaría la voz para defender los derechos de los migrantes irregulares. Por ello sigue siendo fuente de inspiración, de compromiso e incluso de alegría en la Casa “La 72”."
Fr. Joaquin Ernesto Garay
Comments