En los últimos meses el flujo migratorio ha aumentado mucho y se ha acentuado la "crisis migratoria" que se está viviendo en todo México y Centroamérica. Nuestra casa está al 100% de su capacidad recibiendo a diario decenas de personas que vienen huyendo de sus países de origen en busca de una vida mejor.
El cambio en el perfil migratorio también se ha visto acentuado aumentando el número de familias con infancias que se encuentran viajando, así como mujeres embarazadas y lactantes, adolescentes separados/as o no acompañados/as, personas con algún tipo de discapacidad y enfermedades crónicas y personas del colectivo LGBTQ+.
Es especialmente relevante el número de familias, madres solteras y padres solteros que recibimos que actualmente abarca un 35% de la población total. Con hijos en un rango de edad que oscila entre de 1 a 8 años mayormente.
Durante el mes de septiembre atendimos a más de trescientos niños, niñas y adolescentes en La 72, además el 15% de las infancias que inició trámite de refugio está presentando alguna enfermedad crónica o discapacidad, lo que nos presenta un reto para la atención a estos casos, ya que la atención especializada médica en Tenosique es limitada así como la adaptación de nuestros espacios.
Otro gran reto es la adolescencia, especialmente la no acompañada.
Las adolescentes no acompañadas que hemos recibido vienen de Honduras y Guatemala por temas de violencia o porque fueron forzadas a ser pareja de alguien perteneciente a una pandilla, algunas llegan embarazadas o con niños de 4 meses a 1 año, viven con sus abuelos y no cuentan mucho apoyo de sus padres, terminaron su primaria pero no la secundaria. Su mayor prioridad es tener un trabajo y apoyar a su familia. Las adolescentes acompañadas en su mayoría vienen con parejas de mayor edad o con su mamá, en el caso de las que vienen acompañadas de su pareja, una de nuestras mayores preocupaciones es que en muchos de los casos son ellos mismos sus agresores. Gran parte de ellas fueron víctimas de algún tipo de violencia en su país y las mayores aspiraciones para ellas es encontrar un espacio seguro donde puedan trabajar y sacar adelante a su familia.
En cuanto a los adolescentes no acompañados, la mayoría proviene de Honduras y sale principalmente por reclutamiento forzado por parte de las pandillas, de entre los 13 y 17 años, viven principalmente con sus abuelos u en hogares monoparentales con jefatura femenina, pocos han tenido contacto con su padre biológico. Cuentan con al menos un familiar en Estados Unidos pero viajan con vecinos, conocidos o solos, aspiran más a trabajar para ayudar a su familia que a estudiar, pues en su mayoría han llegado hasta 6to grado y un 15% no sabe leer ni escribir debido a que en su país se dedicaban más a trabajos informales para llevar un sustento a su casa que a estudiar, también muestran gran entusiasmo por el deporte, en especial el fútbol y les gusta mucho participar en las actividades del albergue como el apoyo en la guardia y cocina.
Desde La 72 trabajamos día a día por crear nuevas estrategias para proteger y acompañar a la niñez migrante y aumentar el número de factores protectores para reducir su situación de vulnerabilidad, mejorar su bienestar integral y fortalecer sus capacidades.
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